El resfriado en los gatos puede ser muy similar al resfriado en los humanos, se sienten congestionados, tienen secreciones nasales y están decaídos, sin embargo el virus que lo causa es diferente al de los gatos y perros por lo tanto no se transmite entre estas especies. Cuando tu gato se encuentra resfriado debes iniciar una serie de cuidados para evitar que la infección llegue a los pulmones.
Los síntomas pueden incluir secreción nasal, estornudos, lagrimeo, respiración por la boca, inapetencia, cansancio y fiebre, si tu gatito empieza a presentar vómito, tos, fiebre que no cede, secreciones nasales oscuras o fatiga, quiere decir que la enfermedad está empeorando y debes asistir a un centro veterinario inmediatamente.
En casa puedes tener cuidados básicos y sencillos:
- - Mantén a tu gato caliente lejos de las corrientes de aire y agua.
- - Limpia la secreciones de los ojos y nariz con un pañuelo para mantenerlo limpio y desecharlo.
- - Dale alimentos que le guste mucho para estimular el apetito.
- - Hazle un saquito para que no aguante frío cuando no esté cerca de ti.
- - Lleva un registro de la fiebre, si la temperatura no baja en pocas horas debes asistir a un veterinario. La temperatura rectal normal del gato es de entre 37.8 a 39.2 grados centígrados.
- - Si tu gato es de los que salen mucho, debes suspender las salidas hasta que sus síntomas desaparezcan y por supuesto hasta que el clima mejore.
- - Procura mantenerlo alejado de los gatos sanos ya que es un enfermedad que se contagia con mucha facilidad.
Importante: No administres medicamentos de perro o de humano a tu gato sin receta médica. Por más inofensiva que parezca puedes causar un daño grave. Si ves que tu gato no mejora a los pocos días debes asistir al veterinaro.
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